Les dejo una serie de notas sobre como ven la economía varios premios Nobels de esta materia. Aqui la primera parte, un resumen para no aburrirse, de Joseph Stiglitz, sobre el sistema financiero actual, como actua el Estado y si el dolar es o no, la moneda de refugio.
TEMA DEL DOMINGO: COMO SIGUE LA ECONOMIA
Cinco premios Nobel ofrecen sus recetas para la crisis financiera
Joseph Stiglitz, Robert Lucas, Paul Samuelson, Reinhard Selten y Edmund Phelps recibieron el premio de Economía. Ahora piden una mayor regulación y nuevas instituciones internacionales.
Se vuelve a convocar al Estado para salvar la ropa. Después de todo, desde el británico Eduardo III en el siglo XIV hasta el boom de los tigres asiáticos en las últimas décadas, pasando por el desarrollo de EE.UU. y Europa, fue siempre el Estado, no "el mercado", el disparador y garante de la estabilidad y expansión del sistema.
Néstor Restivo. nrestivo@clarin.com
El dólar ya no sirve como reserva
Joseph Stiglitz *.
Se supone que los mercados financieros son un medio para alcanzar un fin: una economía más próspera y estable, producto de la buena asignación de recursos y de un mejor manejo del riesgo. En lugar de eso, los mercados no manejaron el riesgo, sino que lo crearon. No permitieron que las familias estadounidenses manejaran el riesgo de tasas de interés volátiles, por lo que ahora millones de personas pierden su casa. Peor aún, hicieron una pésima asignación de centenares de miles de millones de dólares.
Los reguladores del mercado financiero fracasaron, tanto en el plano nacional como en el internacional. En buena medida, Basilea II, el nuevo marco de regulación bancaria, se basaba en la autorregulación, que constituye un oxímoron. Los bancos demostraron que no están a la altura de manejar su propio riesgo. Pero incluso si lo estuvieran, hay un problema más fundamental que es el del riesgo sistémico.
La actual arquitectura financiera global no funciona bien. Ante todo, sin embargo, es injusta, en especial en lo que respecta a los países en vías de desarrollo, que se van a encontrar entre las víctimas inocentes de esta crisis global "made in USA". Hasta los países que hicieron todo bien; los que manejaron su economía con una regulación mucho mejor y con más prudencia macroeconómica que Estados Unidos. Peor aún, el Fondo Monetario Internacional exigió -por lo menos en el pasado- políticas procíclicas (aumento de tasas de interés e impuestos, reducción de gastos cuando una economía entra en recesión), mientras que Europa y Estados Unidos hacen exactamente lo contrario. El resultado es que el capital huye de los países en vías de desarrollo en épocas de crisis, lo que refuerza el ciclo vicioso.
Nunca lograremos una estabilidad perfecta de nuestros mercados financieros ni de nuestra economía. Los mercados no se autocorrigen. Pero podemos hacer las cosas mucho mejor. Es de esperar que tras la cumbre de Washington los gobernantes de Europa y Asia inicien la tarea de crear la arquitectura financiera global que el mundo necesita para tener un siglo XXI estable y próspero.
Traducción de Joaquín Ibarburu
* Premio Nobel de Economía en el año 2001. Neokeynesiano, fue directivo del FMI entre 1997 y 2000, cuando renunció en medio de críticas a los organismos multilaterales y a la globalización.
Texto completo de la carta que enviaron en el dia de la fecha a la presidenta:
protesta del campo
"Habida cuenta del tiempo transcurrido, y ante la ausencia de avances concretos en el ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, apelamos nuevamente a usted con el propósito de tratar la grave situación que vive el sector. En este sentido, le solicitamos habilite instancias apropiadas para lograr un plan de emergencia económica agropecuaria con el objetivo de encontrar una salida inmediata a la profunda crisis que nos viene comprometiendo cada día más, y que nos enfrenta a un futuro impredecible no sólo para nuestro sector sino para todos los argentinos".
Mis preguntas:
Emergencia economica??? Q significa? subsidios??? Ahora de donde saldria esa plata ???? de impuestos ??? de todos nosotros ?? no ????
Situacion grave?? hace unos meses cuando la soja se pagaba muy bien la situacion era otra no ???
A todos los argentinos???? pensaron cuando pararon a un pais ??? Ahi pensaron en TODOS los argentinos??
Yo tengo memoria y no me olvido lo que hicieron con este pais por muchos meses, lo le hecho toda la culpa porque el Gobierno tambien tubo su parte, pero ahora no se acerquen queriendo ser los amigos de los argentinos.
Si ahora estarian las retenciones moviles pagarian menos impuestos, y ahora q piden???
Hace unas semanas, vi en el canal 7 un documental sobre lo que esta ocurriendo en Bolivia. Luego de quedarme una hora delante del televisor sin poder moverme, me di cuenta, una vez mas, de la dificil que es informarse, de lo dificil que es que a uno le llege información para comprender para analizar. Este documental vale la pena verlo, porque es el único medio que encontre, que INFORMA! y todos tenemos que saber la realidad del pueblo vecino Boliviano.
Grabada durante 15 meses en distintas locaciones de aquel país, la producción cuenta con el análisis de reconocidos intelectuales latinoamericanos, además de testimonios de los principales protagonistas de la actualidad boliviana. Emilio Cartoy Diaz acaba de presentar en TEA “Bolivia para todos” donde hace una descripción excelente, con imágenes deslumbrantes y música encantadora, de la lucha entre las clases medias y altas “blancas” de la media luna, el Beni y Santa Cruz de la Sierra y los pueblos originarios con sus ropas características y su lenguaje rustico tan expresivo y tan autentico, y ahora en el poder. Alli se cuenta el desafío de la Asamblea Constituyente que consagro la Nueva Constitución de Bolivia “para todos” sus ciudadanos, pobladores no importa la raza, religión, clase social, actividad, ideología, etc. consagrando derechos sociales y soberanía sobre los recursos naturales. A pesar de la existencia de la revolución de Paz Estenssoro de 1952 – que podría asimilarse a la de Juan Perón en el 45 de Argentina-, indudablemente Bolivia, luego de tantas luchas y tantos golpes militares apoyados por el imperio del Norte, es como si tuvieran que empezar de nuevo desde cero. Pero es maravilloso entrar en la mirada del pueblo (como lo hace magistralmente el documental) y ver lo que ellos ven. Una cosa que llama la atención sobremanera en la película fue escuchar a los lideres del separatismo, los “blanquitos” de Santa Cruz de la Sierra, mandar mensajes de solidaridad a los sectores del “campo” argentino como diciendo “estamos en la misma, nosotros aquí contra estos kollitas y Uds allá contra esos negritos peronistas”. Muy notable escuchar la oportunidad de sus mensajes inter-blanquitos. También es duro ver por los noticieros de la TV boliviana como las brigadas de la Juventud cruceña humillaba a cuanto kolla o guaraní agarraban, desnudándolos del torso, atándolos con sogas como animales y poniéndolos de rodillas en las plazas publicas. También se ve la “caza” de kollas y la posterior golpiza hasta causarles graves heridas. Todo delante de las cámaras de TV que apoyaban a los separatistas. Así en Bolivia como en Argentina. Cada uno con su estado mental y con su “estilo” mas descarnado o mas “civilizado” de intolerancia racial.
Con todos los problemas que poseemos en cuestión de transporte, sería bueno que sigamos de cerca dos cuestiones importantes que aca les dejo para que sigamos informandonos:
1) Tren Bala cuando tenemos todos los días problemas con nuestros trenes de Buenos aires, cuando ya no circulan más trenes por casi la mayoria del territorio de la Argentina, queremos este proyecto?
Una página muy buena para informarse y firmar por un proyecto nuevo:
2) AirPampas Una aerolinea que se encuentra parada por la autorización del gobierno. Porque cuesta tanto realizar una operación asi en la Argentina? Después como vamos a pretender que se invierta en el comercio del transporte aéreo?
les paso algo que me mandaron y que suscribo 100%:
Durante el conflicto por la "redistribución de la riqueza" vs "tengo mucho y quiero mas" que se dio en éste país hace unos días (y se esta dando todavía) Ignacio Copani, un cantautor al que no tengo ni remotamente entre mis preferidos, escribió una canción llamada "Cacerolas de teflón" que por lo visto, le valió un sinfín de críticas y amenazas de los intolerantes, retrógrados y fachos que se encolumnaron detrás del rótulo de "pobres productores agropecuarios oprimidos por el poder de turno". A raíz de la repercusión que tuvo su canción y para salir a contestar las desubicadas y amenazantes críticas recibidas, el tipo escribió una carta abierta que, obviamente, apenas fue publicada por medios de escasísima convocatoria. Yo me enteré de esto de pedo, en un programa de TV resumen de otros programas de TV, donde mostraron como en el programa de Mirta Legrand de hoy sacaron del aire y censuraron a Copani mientras cantaba la polémica canción. Les adjunto la letra de la canción y la carta que escribió después. Saquen sus propias conclusiones y agreguen a Copani a la lista que integran Gieco, Heredia, Mercedes y otros tantos artistas que se salen de la mediocridad y se animan a decir lo que piensan aunque no les convenga.
Saludos
CARTA DE COPANI
Queridos Amigos.
En los últimos días y a raíz de haber escrito una canción, que debe ser la número mil doscientos y tantas de mi repertorio, he recibido infinidad de comunicaciones. La mayoría con elogios, caricias y aliento, que desde ya agradezco infinitamente.
Pero he recibido también otro tipo de contactos llenos de reproches, cargados de odio, regados de violencia, intolerancia, agresión y con un espíritu inquisidor que no creí que anidara todavía en gente de mi comunidad.
He sido amenazado, agraviado, insultado, difamado, calumniado y, peor aún, han sufrido ese tipo de atropello miembros de mi familia.
No me refiero a los impunes foros de internet sino a e mails, cartas y llamados recibidos.
Simplemente desde estas líneas aviso a quienes todavía tengan intención de lastimarme, que lo logren o no, yo no cambiaré ni una coma a las estrofas de mis canciones.
Aquellos que piensan que la Sra. Presidenta de mi país me paga por verso, recital u opinión, simplemente están expresando su propia escala de valores y asumiendo que ellos mismos podrían torcer sus convicciones a un precio determinado. Yo no.
Hace más de veinte años que en cada escenario y en cada grabación me comprometo con nuestra historia y siempre se me han cerrado puertas por hacerlo de manera honesta, clara y sin esperar más recompensa que el abrazo compañero de quien desea que un cantautor se exprese libremente, como los viejos trovadores que anunciaban las bodas, los bautizos y también los entierros.
En algunos medios de comunicación se han referido a mí de manera descalificadora y/o despectiva. A esos mismos medios, durante años, hemos mandado nuestro material artístico y la información de nuestras actividades, sin lograr que se nos diera ni un segundo para comunicarlo al público. Ni siquiera para difundir eventos solidarios, benéficos o canciones tan o más comprometidas con la realidad que el tema ¨Cacerola de Teflón¨.
Lamentablemente en algunos de esos medios se ha mostrado la canción en cuestión, sometiéndola a una especie de ¨inspección¨ de ideas o cortes marciales - musicales y al comentar alguna crítica agresiva, en lugar de defender la libertad del artista para manifestarse, se han escuchado de parte de los comunicadores, tristes y recordadas frases como ¨él se la busca… ¨ o ¨por algo será…¨.
Nunca discuto una crítica, sea como sea y venga de quien venga. Pero en este caso no recibí opiniones sobre la conformación estética del tema, de su métrica, de sus rimas, de sus sonidos, de la destreza para ejecutarla, sino una violenta y censuradora mirada hacia el contenido de mis ideas y mi conducta, bien típico de tiempos de inquisición y dictaduras.
Pablo Milanés cantó ¨Pobre del cantor de nuestros días que no arriesgue su cuerda por no arriesgar su vida¨… Yo no creo haber arriesgado mi vida, sencillamente describí, como hago siempre, un episodio de este tiempo con total sinceridad.
Ni siquiera he pretendido mostrar una valentía destacable por la simple acción de manifestar mi pensamiento. Valientes fueron mis compañeros y familiares que hoy están desaparecidos. Valientes fueron Víctor Jara y Rodolfo Walsh. Yo soy solamente un cantor.
No creo que a esta altura de mi carrera, deba dar cuentas de los escenarios que pueda habitar. Estuve en Plaza de Mayo, cobrando Cero Pesos, respondiendo a la convocatoria de apoyar nuestra democracia, al igual que estuve el 25 de mayo de hace unos años, cuando decenas de artistas hacían fila para subir a la escena triunfal.
Estuve en esa plaza que transité como ciudadano desde que tengo uso de razón, como estuve en Semana Santa, como estuve con las Madres, con las Abuelas, con los ex combatientes, con los maestros, con los pibes de la calle y como pienso estar en cada evento al que me cite mi conciencia.
Si esta acción espontánea se convierte en un acto de riesgo, pobres de todos nosotros.
Si crear y expresarse es un acto de arrojo merecedor de insultos y censuras, ha triunfado para siempre la cultura del ¨no te metas¨ y la incultura sembrada durante el sanguinario proceso militar y la inolvidable década del noventa.
Juro por mis hijas que yo no especulo con estas cuestiones. Que si de momento, por mi decisión de ser coherente, pierdo trabajos y gano enemigos, es un precio que debo pagar como tantas veces pagué.
Nada más espero, que no sea nuevamente con el exilio.
Ignacio Copani (Agencia Paco Urondo)
LETRA DE LA CANCIÓN
Cacerola de teflón - Ignacio Copani
No te oí... En los días del silencio atronador. No te oí junto a las madres del dolor, no sonaste ni de lejos, por los chicos, por los viejos olvidados.
No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien, pero al borde de las rutas de Neuquén, no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro. Y entre nuestros cantos desaparecidos yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente, que resiste comprender que hay tanta gente que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.
Cacerola de teflón, volvé al estante, que la calle es de las ollas militantes, con valiente aroma de olla popular.
Cacerola de teflón, a los bazares o a sonar con los tambores militares como tantas veces te escuché sonar.
No te oí... cuando el ruido de las fábricas paró, cuando abril su mar de lágrimas llenó. No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado.
No te oí. Puede ser que mis oídos oigan mal, pero no escuché en la exposición rural, reclamar por el jornal de los peones yerbateros, por la rentabilidad de los obreros, por el tiempo venidero, porque venga para todos.
No te oí ni te oiré porque no hay modo de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.
Cacerola de teflón, volvé al estante de los muebles de las casas elegantes que las cocineras te van a extrañar.
Cacerola de teflón, a los bazares o a sonar en los conciertos liberales como tantas veces te escuché sonar.
No te oí en el puente de Kosteki y Santillán No te oí por el ingenio en Tucumán. No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados de este lado.
No te oí, en la esquina de Rosario que estalló Cuando el ángel de la bici se calló y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.
Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo por un joven sin trabajo, a la deriva. Debe ser que desde arriba, desde los pisos más altos no se ve nunca el espanto y las heridas.
Cacerola de teflón, volvé al estante. Yo me quedo en una marcha de estudiantes donde vos nunca supiste resonar.
Cacerola de teflón, a los bazares o a llenarte de los más ricos manjares que en la calle no se suelen encontrar.
Es increible con la historia reciente que tenemos a cuestas, como todavía hay gente investiga, se informa, enseña en una sociedad debastada, dividida y culturalmente errada, para mi visión. Este profesor de sociologia este escribiendo las cotratapas de los días lunes del diario Critica, esta muy bueno leerlo y seguir creciendo informandonos y sabiendo donde realmente esta la posta!
Doy clases en aulas espantosas, sin calefacción ni ventilación; con sueldos de miseria y a pesar de todo es la UBA: la segunda o tercera universidad de América Latina y de las más prestigiosas del mundo.
Por Pablo Alabarces.
14.09.2008
Después de seis meses de contratapas de lunes, es oportuno confesar algo: no soy periodista, aunque lo haya querido ser. Cuando terminé la secundaria, en plena dictadura, no había carrera de Comunicación Social en la UBA; había que recurrir a dudosas escuelas de periodismo, y estudiar Letras era una opción para los que queríamos despuntar el vicio. Luego, claro, la crítica literaria te hacía olvidar la literatura y en las redacciones le echaban flit a todo lo que sonara universitario. Otros tiempos, otras costumbres. De modo que estudié Letras, y por una serie de azares terminé doctorándome en Sociología. Y entonces y antes y después vino la posibilidad de escribir en diarios y revistas, vicio que cultivo desde un lejano 1986 en el olvidado diario Tiempo Argentino.
Queda aquí develado el misterio que aqueja a algunos comentaristas de la web de este diario: no soy periodista sino columnista. El pacto es escribir de lo que sé y de lo que investigo, que es la cultura popular y la de masas y la otra –porque uno no estudia Letras para luego fingir que la cumbia y Tinelli y el aguante son el centro del universo–. Pero vivo de otra cosa: vivo, misteriosamente, de la Universidad y de la investigación y el Conicet, donde soy investigador en sociología de la cultura. Tengo veintitrés años ininterrumpidos de profesor. Y no hay en ellos ninguna resignación: sigo creyendo que este oficio –enseñar e investigar– es una de las mejores cosas que me pudieron haber pasado. Escribir estas contratapas es un complemento feliz; enseñar, investigar y luego contar y discutir, a veces con más éxito, lo que producimos en la universidad. Es cumplir a la vez el berretín adolescente del periodismo y el objetivo crucial de los que trabajamos en las ciencias sociales, que no es otra cosa que ayudar a cambiar una sociedad que nos conforma tan poco –por no decir nada–.
Los recientes y presentes e inacabados sucesos en torno de la UBA no me son, entonces, indiferentes. No me puedo poner en crítico distanciado, porque doy clase e investigo y además soy parte del gobierno de la Facultad de Ciencias Sociales, la más damnificada, la que está hoy en el candelero. Doy clase en aulas espantosas, sin calefacción ni ventilación; los techos no se caen, pero pareciera que podrían hacerlo; no se pueden nombrar nuevos profesores, porque no les pagarían –todavía hay varios que no lo han conseguido jamás–; hemos armado un posgrado de lujo, entre gratis y muy barato, pero no recibimos un solo peso para solventarlo y así hacerlo gratuito, como es en Brasil, sin ir más lejos; los empleados administrativos ganan miserias y son muchos menos de los necesarios –y puedo afirmar, porque dirijo hace casi cinco años una oficina universitaria, que no se trata de ñoquis ni de nada por el estilo–. Los compañeros y compañeras que trabajan conmigo en la cátedra arañan los $600 mensuales, y se matan para dar clases espléndidas, dignas de admiración y respeto por sus estudiantes (que los adoran). Pero lo deben hacer muchas veces y en muchos lados, para así armar sueldos decentes.
Y a pesar de todo eso, la UBA sigue siendo la segunda o tercera universidad de América Latina y una de las más prestigiosas del mundo, la que produce un porcentaje abrumador de toda la ciencia argentina. Los responsables de las universidades extranjeras no leen encuestas berretas, sino que se limitan a tributar el respeto que la UBA se ha ganado por la calidad de sus graduados y del conocimiento que genera. Un verdadero milagro, que el esfuerzo de las sucesivas autoridades políticas por desfinanciarla no ha conseguido destruir. El milagro consiste en el orgullo tenaz de saberse parte de una tradición democrática inaudita: somos el único país del continente donde un hijo de las clases populares podía llegar a doctorarse en su universidad pública, gratuita y cogobernada. Una tradición democrática que tiene las dificultades propias de la lucha política –que la vuelven conflictiva, pero también más democrática que varias provincias sofocadas por el feudalismo–; y una tradición de autonomía que también garantiza que la producción científica sea minuciosamente independiente, solo deudora del rigor científico –pongámoslo así: ni le pedimos permiso a Clarín, ni le debemos pleitesía al PJ o a Macri–.
Con poca plata –las cifras necesarias son ridículas para el superávit fiscal y la recaudación impositiva– todos los problemas se resuelven. La movilización de docentes y estudiantes garantiza que nadie se la robe: será necesariamente plata bien usada. La pregunta del millón es, entonces, si la universidad pública, uno de los grandes orgullos de este país, le importa algo a este Gobierno. Y a toda la sociedad, que critica los paros y las marchas hasta que llega el día de la graduación de sus hijos e hijas. Ese día, entonces sí, se emocionan recordando al abuelo analfabeto.